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La primera visita a esta comunidad se desarrolla en octubre de 1997 en compañía de Liana Cecilia Navarro, ingeniero agrónomo, y Román Hernández, conductor, ambos empelados del departamento de Risaralda. Llegamos a Suratena (a una hora de Marsella en “willys”), donde me reúno con el gobernador de la comunidad Rubén Darío Cuasárabe. Le explico el objeto de mi visita y él acepta que yo permanezca por algunos días y me aloja en su casa. Liana y Román regresan a Pereira.

Como las otras comunidades locales Embera Chamí, Suratena nació en 1973. La familia de Mario Niasa Cuasárabe, proveniente del municipio de Quinchía compró un pequeño terreno en el valle. Poco a poco fueron llegando sus hermanos y hermanas. Hasta 1994 ellos trabajaban como obreros agrícolas en las grandes fincas vecinas. En 1994, el INCORA de Risaralda adquirió cinco cuadras y formó el resguardo de Suratena con 377 (trescientas setenta y siete) personas censadas, prácticamente todas pertenecientes al mismo grupo familiar.

Ellos viven en un 80% en habitaciones de bambú sobre pilotes. Las otras casas son de ladrillo. Hay una escuela en la que curiosamente ondea el tricolor colombiano. El profesor es del pueblo y da clases todas las mañanas de 8 a 12 del día, de lunes a sábado con un mes de vacaciones al año.

La electricidad es rudimentaria pero se encuentra en funcionamiento. No hay alumbrado público y se cuenta con uno o dos bombillos por familia, rara vez hay nevera, radio o televisión. Los servicios médicos para los indígenas son generalmente gratuitos, pero el primer centro médico está a seis horas de camino a pie desde Suratena, o bien a una hora de trayecto en automóvil, cuando pasa alguno.

El trabajo agrícola es efectuado principalmente por hombres, de lunes a sábado, de 6 a.m. a 3 p.m. en el resguardo donde los terrenos son bastante difíciles (hay pendientes de 40º a 70º de inclinación)

Actualmente, Suratena vive de los tres cuartos de su producción agrícola – café, plátano, yuca, maíz, fríjol, tomate – la cual es vendida en el mercado. También se está iniciando la cría de cerdo y aves. Algunas personas continúan trabajando en las fincas circundantes. El gobernador repartió las cinco cuadras en partes iguales : una por familia y una para el terreno comunitario. La gente no quiere saber nada más de las tradiciones indígenas. Casi no hablan en absoluto la lengua original, han olvidado las creencias y eliminado la medicina tradicional al igual que su música que está siendo remplazada por la radio y la televisión. Tan sólo las facciones indígenas distinguen a esta comunidad de los demás agricultores pobres del país.

Es interesante anotar aquí las leyes colombianas concernientes a las comunidades indígenas :

-  En un resguardo, la lengua indígena deberá ser hablada y enseñada a los más jóvenes.
-  Cada comunidad debe conservar y mantener sus tradiciones.
-  Las tierras deben ser trabajadas para la producción agrícola. La población de esta comunidad desea cambiar de naturaleza. Mario, uno de los hermanos del gobernador ha contribuido en gran medida para tal fin. Tiene su domicilio en Suratena. Ocupa un cargo político en la « Oficina de Asuntos Indígenas » de Bogotá y trabaja como albañil (empleado y empleador). Algunos jóvenes de Suratena lo siguen hasta Bogotá para aprender y trabajar en la construcción de manera que puedan obtener algún dinero. De regreso pueden comprar materiales y construir casas con materias primas más fuertes diferentes a las tradicionales.

La última noche de mi permanencia con ellos se organiza una reunión en una de las escuelas. Unas cincuenta personas se hacen presentes en familia. Tenemos dificultades para intercambiar ideas dado que mi nivel de español es bastante pobre por ahora. Su primera pregunta consiste en saber cuánto dinero puedo traerles. Tras haberles explicado mi posición, registro estas primeras informaciones.

En junio de 1998 en Marsella, me entero de la destitución del gobernador Rubén Darío Cuasárabe por desvío de fondos de la comunidad (alrededor de 600.000 pesos).

Mi siguiente visita tendrá lugar en noviembre de 1998.

RISARALDA Y ALTO CHOCÓ, JUNIO DE 1998, RESGUARDO DE SANTA CECILIA

Logré organizar una visita de una semana al gran resguardo de Risaralda – Alto Chocó de Santa Cecilia. Asesorado por Liana Cecilia Navarro de la gobernación de Risaralda y de la oficina local del INCORA.

Este resguardo, uno de los más importantes de Colombia, tiene una superficie de 17.000 hectáreas y comprende cerca de 80 grupos Chamí distribuidos en poblados de 30 a 400 familias dispersas. Cada aldea tiene su propio gobernador además del gobernador general para el resguardo, el cabildo Aureliano Arce.

Como en la mayoría de los resguardos indígenas de Colombia encontramos aquí los mismos problemas :

-  El INCORA, organismo del Estado se encarga de adquirir y atribuir tierras a diversas comunidades, indígenas o de otra naturaleza. No obstante, ante la incapacidad de los otros organismos del Estado que deberían asistir, formar y dirigir a estas poblaciones para hacerlas autónomas y rentables en lo referente al manejo de la tierra. El INCORA planea fundar en este mismo resguardo, en el sitio llamado « Bacorí », un centro de formación social y profesional. Formación que parece primordial para esta población considerada inferior para propiciar su desarrollo autónomo. En la actualidad el proyecto « Bacorí » despierta el interés de los indígenas y el de la dirección del INCORA, pero el Estado no parece estar convencido en cuanto a su financiación. El INCORA recurre en vano a ONGs internacionales.

-  La CARDER, una vez hecho oficial el resguardo, debe asesorar y formar a las poblaciones con el objeto de que éstas puedan apropiarse de las tierras, vivir en mejores condiciones y rentabilizar la agricultura y la cría de animales domésticos en estos territorios, que en gran medida no han sido explotados (a causa de su geografía accidentada). Ante tales dificultades, los funcionarios no saben que hacer para organizar a las poblaciones y distribuir la financiación del Estado.

-  La naturaleza pasiva del indígena lo convierte en un individuo en constante espera. Otro problema cultural debido también a la falta de una educación contemporánea necesaria para la autonomía y la supervivencia cultural de los Chamí.

Nelson, conductor de la camioneta de la gobernación de Risaralda me acompaña a Santa Cecilia después de cinco horas de camino, tres de los cuales los hicimos siguiendo un camino destapado. Nos quedamos en la « Granja », oficina local del gobierno. Esta finca está administrada por tres personas, Alberto Marín, llamado popularmente “Grillo”, administrador que trabaja aquí desde hace cinco años ; Humberto, técnico agrícola especialista en hierbas medicinales y Esnoraldo, capacitado para operaciones diversas, quien me guiará a todas las comunidades durante mi permanencia.

La granja es muy bella, una casa de madera, situada a treinta minutos de Santa Cecilia a pie, sobre la montaña. Está rodeada de selva y de montaña. Hace calor pero su terraza giratoria, la conserva fresca.

También es un centro de estudio. Encontramos cinco bungaloes para recibir a estudiantes y otros investigadores en un ambiente de calma absoluta a media altura del valle.

Santa Cecilia es un poblado muy pobre, al final de la carretera, habitado por una comunidad negra en un 90%. Después de pasar unos días en esta región, es fácil darse cuenta de la existencia de las castas sociales, para no hablar de racismo. Primero el blanco, después el negro y luego el indio. Ninguno se mezcla. Todos conocen las posibilidades, conocen sus posiciones y se toleran dentro de un ambiente de racismo latente. A los ojos de los habitantes de la aldea, los indígenas tienen una reputación de ebrios y perezosos. No obstante, todos los días vienen indígenas para vender sus productos en el mercado, lo mismo que sus artesanías. Es extraño observar las relaciones entre negros e indios. Estos últimos se sienten visiblemente inferiores. Sin embargo, desde que se oficializa el resguardo, los Chamí han solicitado que los negros abandonen la región porque esta tierra les pertenece. Paradójicamente, yo estudio a los Chamí con un funcionario, Esnoraldo (quien es de raza negra), él es muy apreciado por los indígenas de la zona.

Durante cuatro días, en compañía de Esnoraldo, persona profesional y muy comprensiva, visitamos una decena de aldeas chamí. Desgraciadamente, no podemos reunirnos con los jefes respectivos. Sin la autorización personal del cabildo Aureliano Arce, no puedo realizar ninguna foto de la gente ni de sus poblados. Decido que el sábado y el domingo por la mañana, días de mercado en Santa Cecilia, haré el retrato, trípticos con telones, de los Chamí que me conocen y me autorizan desde la plaza de la aldea.

Poco a poco se revelan las principales lagunas de la oficina local del ministerio de agricultura que maneja este resguardo negro y chamí. El dinero no llega hasta aquí, dicen los habitantes de la región. Los chamí no tienen semillas desde hace tiempo, por consiguiente, ya no hay cosechas y no hay dinero. Sobreviven gracias a los frutos silvestres y al licor de caña de azúcar que producen. ’Venden poco pero consumen mucho. Uno de los principales problemas económicos de esta región es la guerrilla. Los paramilitares ocupan la zona. La gente de la localidad sueña con tener cualquier tipo de oficina del gobierno y con poder partir a Pereira o a una ciudad mejor protegida. Pasan el menor tiempo posible en su sitio de trabajo. Esa es otra de las razones que explican la ineficiencia de los Funcionarios locales. En Santa Cecilia la casa de la cultura o la escuela comunal, solamente abren sus puertas cuando hay una visita oficial, es decir casi nunca. Incluso la comisaría de policía, sin ventanas, rodeada de un muro de concreto y de alambre de púas parece estar abandonada.

Con el fin de realizar algunos retratos de chamís, instalé un estudio en la casa de Esnoraldo que se encuentra en la ciudad, sobre la avenida principal del mercado. Esnoraldo está en el mercado y me envía a los nativos que conoce. Para estos retratos utilizo telones verticales de dos metros de alto y ochenta centímetros de profundidad. De éste modo puedo fotografiar a tres personas en un mismo lugar. Durante la realización de la fotografía ellos no pueden verse a causa de los telones y miran a la cámara por separado, de una manera más interior. En efecto, he notado que esta técnica introspectiva enriquece el mensaje del retrato.

RETRATOS :

-  La madre y el hijo que no quieren separarse, una bolsa, una mujer y un niño. Ellos viven al otro lado del puente de madera solos en una cabaña sin nombre.
-  Tres niños con bananos al regreso del mercado.
-  El viejo y el niño, del pueblo de Mentuara.
-  Dos mujeres y una bolsa, del pueblo de Mentuara.
-  Padre y dos hijos, ellos administran una pequeña finca en la parte baja de Santa del otro lado del río San Juan.

PUEBLOS VISITADOS :

-  Aguasal. Me encuentro con un grupo de la comunidad « Aguasal ». Alrededor de 5000 personas viven en el resguardo del departamento del Chocó, sus reglas de vida prohíben que se les tomen fotos. Viven de una manera muy autóctona y apenas se mezclan con otros.
-  Bajojito. Gobernador, Emesti Nekita, 30 familias.
-  Dokau. Gobernador, Isa Sintua Muri, 9 familias
-  Bajo San Juan. En lo alto de una colina, entre varias aldeas chamí, encontramos una escuelita administrada por tres monjas católicas.

Finalmente, a pesar del mal tiempo puedo tomar varias fotos de los sitios. Este sábado hay una competencia de fútbol Inter.-chamí. Hago algunos retratos de equipos y de fanáticos alrededor del terreno.

Ese mismo día puedo organizar un encuentro en Pueblo Rico, en la Oficina de Asuntos Indígenas dirigida por Geraldo Ariza con algunos gobernadores y el cabildo general del resguardo.

Domingo 7 de junio. Encuentro en Pueblo Rico. Después de haber expuesto mi proyecto, me es anunciado el visto bueno. Pero ellos deben organizar una gran reunión el 18 y el 19 de junio entre otras cosas, concederme o no una autorización para las próximas visitas.

Esnoraldo Palacio, Casa de tres puertas Calle principal, Santa Cecilia, Pueblo Rico. Teléfono : 52 33 64

RISARALDA, JUNIO DE 1998. COMUNIDAD DE ALTAMIRA

Familia Chamí llegada en 1973 a Caracas. Señores Marcial Cardona, Ana Joaquina Velásquez y sus cuatro hijos escaparon de la violencia de su tierra ancestral, Quinchía. Compraron un pequeño terreno, 4 hectáreas, y fundaron la comunidad. Esta región aun no se ha visto afectada por las guerrillas ni por los paramilitares. Hoy en día 130 miembros pertenecientes a la misma línea familiar. Viven en 25 casas de bambú, « tambo en Chamí », y tres en tierra cruda de la antigua finca abandonada. Sus recursos principales son el maíz, el café, el banano y los frutos silvestres. Desde hace dos años, la superficie del resguardo es de 56 hectáreas repartidas en dos parcelas, una en el sitio Argentina, y otra, tres kilómetros más arriba, en Caracas.

Con Luis Alfonso Castaño, del INCORA de Pereira puedo descubrir e iniciar un estudio sobre la comunidad de Altamira de Caracas y Argentina, cerca de Marsella.

El 9 de junio de 1998, en la casa del gobernador Omar de Jesús Cardona Velásquez, asisto a la lectura del acta de propiedad oficial del resguardo de Caracas y Argentina, realizada por Luis Alfonso del INCORA. Omar hace leer el acta a su hija. Él no sabe leer y ella muy poco. Todo el mundo firma. Después de esto, Luis Alfonso me presenta, expongo mi proyecto al igual que mi deseo de pasar algunos días con ellos, en un primer momento. El gobernador acepta y me pide que lleve mi comida para dicha permanencia. De regreso a Marsella, asistido por la alcaldía, realizo algunas compras, más para ellos que para mí, y preparo mi regreso a la comunidad de Altamira para el día siguiente por la mañana con un conductor de la alcaldía.

En la mañana del 10 de junio, después de un trayecto de una hora, en su mayor por carretera destapada, llego a Caracas, Omar me recibe y aprecia los alimentos que he traído. Apenas tengo el tiempo para instalarme en un antiguo granero antes de que llegue su padre. Hablan en lengua chamí entre ellos y español conmigo. Me explican que la lengua chamí varía dependiendo de las regiones y que a menudo no se entienden entre ellos. Abordamos enseguida sus principales problemas :

-  No tienen escuelas, las instituciones locales prometen una desde hace dos años pero no pasa nada. Los niños deben ir a otra aldea, a tres horas de marcha ida y regreso todos los días. Clases de 8 a.m. a 1 p.m.

-  Los niños indígenas son mal aceptados en los lugares públicos. La comunidad cuenta con treinta niños que en su mayoría son analfabetas y con un profesor que trabaja en los campos para vivir. Sin embargo, la ley colombiana dice que el indígena debe estudiar y conocer su lengua racial.

-  Las tierras no son suficientes para la nueva generación. Ellos deben trabajar en otras fincas por 8.000 pesos diarios (10 horas de trabajo).

-  Como en las otras comunidades, ellos esperan desde hace tiempo las semillas gratuitas del Estado. Según ellos, una buena cosecha no basta para comprar la nueva semilla. Las dificultades de explotación de los terrenos desde hace dos años no permiten utilizar sino una pequeña parte del resguardo.

-  También desean que haya una mayor inversión de parte del gobierno para la vivienda pues una casa de bambú sólo dura tres años en esta región. Ellos ya no saben cortar adecuadamente el bambú para que este envejezca en buenas condiciones. Se trata tanto de un problema de pérdida cultural como de falta de la asesoría técnica oficialmente ofrecida por el gobierno.

Fotografías :

Durante la primera visita a una comunidad, es difícil fotografiar la realidad.

-  Cuatro imágenes en color de la situación de Caracas y Argentina.

-  Interior con un bebé, casa de Edmundo Enevia Velásquez, profesor del pueblo.

-  Terraza de una casa, un niño tuerto.

-  Cocina de la casa de Doña Avelina Valencia.

-  También realizo algunas fotografías de situación y avance de las plantaciones, algunos retratos con telones en el salón de reuniones y la antigua escuela en ruinas.

La segunda noche tiene lugar la reunión semanal de4 la comunidad. A veces hablan en lengua Chamí, otras en español (se trata de un conflicto cultural entre los viejos y los jóvenes. Para los jóvenes indígenas, exhibir su raza implica ser excluidos de la sociedad colombiana contemporánea). El profesor de escuela es un orador, asesora en muchas ocasiones al gobernador en sus discusiones.

Aquí, una vez más, tratándose de una sociedad patriarcal, las mujeres están presentes pero no dicen nada. Después de que cada uno ha rendido un informe sobre su trabajo en las producción comunitaria e individual, se estudian las primeras necesidades de cada uno y del grupo. Algunos preferirían tener rápidamente un vehículo con el fin de poder transportar la producción agrícola y de regreso de la ciudad (una hora de ida) traer las provisiones y los productos que la comunidad necesita. Otros piensan en la escuela y en el nuevo material agrícola para una mejor explotación de las tierras.

También hay una parte de las casas que aún carecen de electricidad y agua corriente. Terminando el ritual de la reunión, el Gobernador me presenta a la comunidad y me pide que explique mi proyecto y mi opinión sobre la reunión que acaba de celebrarse. Tras un corto monólogo acerca de mi presencia entre ellos Y mi opinión sobre la reunión, soy cálidamente aceptado por todos. Desean verme de nuevo para que yo pueda mostrar en el exterior su evolución económica y cultural y la conservación de sus tradiciones.

Después del retiro de algunas personas, los de más edad inician una conversación con los jóvenes. ¿Cómo ven ellos el futuro de la comunidad ? Hay toma de conciencia de las leyes nacionales sobre los indígenas. Sus derechos y deberes. La importancia de que se convierten en ciudadanos colombianos sin por ello renegar de sus orígenes. Aprender a no tener miedo de los blancos que dirigen. Organizarse y aprender a vivir en esta sociedad, a satisfacer sus necesidades, dejar de mendigar para ser más fuertes, saber preservar su raza.

Es una discusión muy interesante entre jóvenes y viejos. Puedo darme cuenta una vez más de la fuerza de la cultura indígena en la que los ancianos son escuchados y respetados por los jóvenes. Esta comunidad reconoce la necesidad de una educación general para la nueva generación. Hacia el final de la reunión, el gobernador anuncia que la escuela va a reiniciarse muy pronto incluso sin la ayuda del gobierno.

En la mañana me entero de que el gobernador ha tenido que llevar a su mujer al hospital de Marsella para dar a luz a su quinto hijo.

Vamos a visitar la escuela local. Dos bungaloes en lo alto de una pequeña colina. Lugar magnífico y tranquilo. La escuela está cerrada, por lo tanto no puedo hablar con los profesores. Hay 70 alumnos en cinco grupos, dos profesores en sesenta metros cuadrados.

Entre los Chamí, si el padre no está presente, los niños son dejados a su libre albedrío. No hay escuela. Si el padre trabaja en los campos, ellos lo siguen y trabajan con él. Las hijas se quedan en la casa tan pronto están en capacidad de cocinar y cuidar bebés, hasta el matrimonio, después cambian de casa.

Durante mi primera visita, en noviembre de 1998 debo pasar por lo menos un fin de semana aquí. El sábado en la mañana hay clases de lengua chamí para los jóvenes ; en la tarde, después de la reunión comunitaria, clases de música tradicional y artesanías ; por la noche, fiesta chamí. El domingo, venta de productos de la tierra y artesanías en el mercado de Marsella.

NOVIEMBRE DE 1998, PEREIRA

El 6 de noviembre de 1998 llego a Pereira y soy recibido por Egrael Salinas, sociólogo que trabaja conmigo desde hace seis meses. La autorización del cabildo Aureliano Arce (cabildo general de los resguardos de Santa Cecilia, aún no está lista. Este retardo se explica por el aislamiento de la zona y delas principales reservas debido a la actual violencia política.

En Marsella me reúno con el alcalde y con Adelaida Toro, arquitecta, directora de la planificación social de los resguardos Embera-Chamí. Estos últimos desean organizar una exposición y una conferencia en Marsella sobre nuestro proyecto, pero tienen muchos problemas para proseguir solos un objetivo. Se trata pues de organizar esta exposición-conferencia para mi próxima visita en marzo de 1999.

NOVIEMBRE DE 1998, ARGENTINA, CARACAS, COMUNIDAD ALTAMIRA

Llego sin avisar a Altamira, donde Omar, el gobernador. Como siempre, soy muy bien recibido.

Hay algunas noticias de la comunidad :

Desde hace quince días tienen teléfono. De hecho, es la policía local la que paga todo el material. En efecto, es necesario un punto de comunicación en la montaña para contactar a la central si es necesario. La comunidad puede utilizar este teléfono mediante un abono especial (75.000 pesos).

Número de la base « Pereira », 3685093 comunidad Altamira « perla 24 ». Estamos en la estación fría, húmeda, lo que no varía gran cosa del resto del año, además de la plaga de mosquitos. Ha terminado la temporada de cosecha de bananos. En ese momento, la gente se ocupa de recoger el café y de hacerlo secar. Para ello utilizan las posibilidades de las antiguas fincas que el INCORA les ha atribuido. Los techos se desplazan sobre rodachinas y descubren terrazas en donde se extiende el café para secarlo. En la noche o si llueve, se vuelve a cerrar el techo.

Esta comunidad se queja de su condición económica actual. La crisis afecta a todo el país. Las casas que les fueron asignadas están en muy mal estado, antiguas fincas construidas en una estructura de bambú consolidada con adobe que ya deben tener unos cien años v necesitan ser restauradas. Es cierto que aquí los hombres trabajan seis o incluso siete días por semana en los campos o en otras fincas.

Las quejas principales son las siguientes :

-  La reserva es de ellos de manera ficticia ya que no pueden vender y si la producción de las
-  tierras no se mantiene, el Estado tiene el derecho de expropiarlas.
-  Dadas las jornadas de trabajo, es difícil ocuparse de las casas (fenómeno de las clases marginales colombianas, no solamente indígenas como algunos pretenden).
-  Hace dos años, en el momento de la donación oficial del resguardo, varias familias construyeron casas de bambú que no resisten el clima húmedo de la región, además de que la madera no ha sido cortada en el momento adecuado. Es necesario reconstruirlas.
-  Los niños siguen sin ir a la escuela. Son unos treinta o cuarenta de 6 a 8 años y la comunidad aumenta. En su opinión, no hay dinero para pagar el profesor y ellos no saben a quién dirigirse. La alcaldía de Marsella aún no les ha propuesto nada.

REUNIÓN SEMANAL DE LA COMUNIDAD

La reunión semana de la comunidad se lleva a cabo con un poco de retardo. En efecto, el gobernador llama a la policía para que venga a ver a un enfermo y lo acompaña hasta el hospital.

La reunión se inicia a las 6 de la tarde del sábado 8 de noviembre.

Problema No. 1 : desde que el teléfono fue instalado, la comunidad debe pagar 18.000 pesos al mes. Todo el mundo entiende la necesidad, utiliza el servicio, pero no quiere pagar por él. Por lo tanto, la suma será retirada directamente de las ventas de café.

Problema No. 2 : el gobierno nombró a un promotor chamí que debe visitar todas las casas de las comunidades vecinas y comunicar a la alcaldía los problemas y necesidades de cada uno. Desde hace algún tiempo él ya no viene hasta aquí sino sólo hasta Suratena porque frecuenta una mujer chamí. Los gobernadores apelan para que este problema sea resuelto.

Problema No. 3 : Las clases de 1engua chamí para los niños no se llevaron a cabo porque aún no se ha pagado al profesor (no pueden cumplir la ley colombiana que los obliga a hablar a los niños en su lengua original.)

Problema No. 4 : La música tradicional es desconocida para los jóvenes. No obstante, el 15 de este mes, tendrán que danzar y tocar en Marsella para la inauguración de la casa de la cultura de la nueva oficina local (Asuntos Indígenas).

Problema No. 5 : el gobernador debe partir a Bogotá el 14 de noviembre para hacer un curso en el SENA. Cada comunidad debe ayudar a financiar el viaje. 5.000 pesos por familia. Muchos se rehúsan, otros quisieran colaborar pero no pueden.

MÚSICA TRADICIONAL

Tambor tradicional de dos caras, ritmo constante con dos sonidos que se repiten. La danza sigue el mismo ritmo que la música, con los brazos levantados, el cuerpo levemente curvado en un movimiento giratorio, los pies saltan ligeramente por pares.

Hoy, domingo, tiene lugar el primer ensayo en Caracas. En conjunto, los nativos carecen de disciplina. Para citar un ejemplo : la hora de práctica se vio comprometida puesto que los bailarines preferían ir a ver una película de Schwarzenegger.

Esta danza representa la primera demostración cultural de las comunidades de Marsella y estará dirigida por los dos gobernadores de Suratena y Altamira. Podrá ser vista los sábados y los domingos. Finalmente su territorio ha sido declarado resguardo oficial. En los días siguientes los ancianos logran convencer a los más jóvenes para que asistan a los ensayos.

Hacia las once de la noche me voy a dormir y escucho además de la televisión o los llantos de los niños, un canto religioso chamí que se eleva al mismo ritmo del tambor y que dura toda la noche, Un canto rico y poderoso, cargado de historia. Al día siguiente me entero de que el chamán de la región había sido llamado para tratar la enfermedad del paciente que partió al hospital. La lengua chamí se habla ordinariamente en esta zona. Debo grabar absolutamente este canto la próxima vez.

Como conclusión de la segunda visita decir que los principales problemas de esta comunidad embera son los siguientes :

-  Educación. Esta comunidad queda cerca de dos escuelas, una en Argentina y otra en Caracas. Hay, un profesor que no recibe ninguna remuneración. En su interés por la lengua chamí y como lo impone la ley colombiana, los niños deberán tomar clases de cultura general en la mañana en una de las dos escuelas y de cultura chamí en las tardes.

Por la mañana, el profesor chamí podría tomar a los más pequeños para iniciar su educación. Donar dinero no es la solución. Ellos necesitan el concurso de una tercera persona (por ejemplo, un sociólogo) para mantener sus motivaciones. En efecto, ya han considerado esta posibilidad, pero no se ha pasado a la acción.

-  Higiene. Por lo menos una vez por semana, un vehículo de la alcaldía debería pasar a recoger el material plástico, el vidrio y los metales. Sería muy importante desarrollar una disciplina de destrucción de materiales inflamables no contaminantes mediante el fuego. Los mayores tienen esa disciplina pero lo queman todo inclusive el vidrio o el plástico frente a las casas lo cual provoca en ocasiones accidentes inútiles.

Con respecto a otras regiones del país, los habitantes de esta zona gozan de buena salud, no padecen problemas cutáneos, su alimentación no es variada pero si es sana.

-  Cultura. Como ya lo hemos mencionado, en el conflicto entre los viejos y los jóvenes se requiere lograr un equilibrio y un mutuo respeto, que unos y otros se escuchen. Si se desea que la tradición chamí perdure en la comunidad. Sería interesante algo así como por ejemplo crear un programa de televisión en lengua chamí que abordara varios temas y diera a conocer la artesanía y la cultura chamí en general. Todos se sienten muy atraídos por la televisión. Este medio podría tener dos efectos :

-  El refuerzo de la cultura cha » en el seno de los servicios nacionales.

-  La aceptación y el reconocimiento de la cultura y de las actividades de los chamí por parte de la sociedad colombiana.

-  Mezcla de culturas. Hoy podemos notar que hay cada vez más relaciones, incluso formación de parejas entre los campesinos colombianos y los chamí por varias razones :

-  Las comunidades tienen muchas ventajas materiales y económicas (leyes para los indígenas).

-  Los campesinos (no indígenas) son tan pobres y tan aislados como los indígenas y no tienen ninguna ayuda.

-  Las comunidades indígenas de esta zona hacen demandas oficiales de ayudas del Estado tanto para los campesinos como para ellos (ver párrafo de quejas principales de la comunidad chamí).

-  HABITAT : si hoy los indígenas dejan su hábitat sin ninguna discusión es porque desde hace ya varios siglos, han sido sistemáticamente expulsados, desplazados de región en región por el Estado (nuevas economías) o la violencia.

Aún hoy, a pesar de todas las leyes que deberían protegerlos se puede apreciar una nueva fisura en el sur de la región con la construcción de la nueva autopista que va a atravesar el país.

-  Otro proyecto extremadamente costoso que no podrá ser rentable a causa de la 9 que aque’a al país y los medios de transporte terrestre de mala calidad.

-  Destrucción del equilibrio comunitario de esta región (numerosos resguardos ocupados por comunidades indígenas deberán ser desplazados una vez más)

En consecuencia, el indígena no está en su casa en ninguna parte.

SURATENA, NOVIEMBRE de 199

8

El gobernador con quien me había reunido durante la visita de septiembre de 1997, Nelson Guasárabe fue condenado por la comunidad. En efecto, desvió dineros por un monto de 1’300.000 pesos en abril de 1998

Su juicio se desarrolló en el seno de la comunidad Embera-Chamí local.

Está condenado a un año de reclusión en una celda de bambú. Esta condena corresponde a la mitad del ya que pudo rembolsar 800.000 pesos. Su esposa y sus hijos son alimentados por las familias de la comunidad. El nuevo gobernador se llama Rodrigo Murillo.

Sábado 8 de noviembre de 1998 en horas de la tarde. Partido de fútbol entre Marsella y Suratena.

Tres indígenas parecen haber consumido una droga que la comunidad denomina « veneno de mujer » (alcohol de broca, utilizado para tratar el café). El gobernador no pudo controlarlos y temprano por la mañana debió llamar a la policía. Por desgracia, un habitante exterior a la comunidad recibió una botella de cerveza rota en el rostro y hay cuatro indígenas inconscientes. Fueron llevados al hospital y la comunidad debió pagar una multa de 300.000 pesos. Está prohibido hacer fiestas hasta nueva orden.

Desde que los resguardos son oficiales, llegan cantidades de papeles, facturas por pagar, sumas por recibir y ellos se encuentran un poco desorientados.

Una vez más el gobernador debería interesarse un poco más por su formación aún siendo un asunto delicado ya que los Emberá-Chamí no reciben muy bien a los funcionarios (quizás todavía se sienten inferiores ante los blancos o bien los blancos han cometido tantos errores que los indígenas no confían en ellos).

ARGENTINA, CARACAS, COMUNIDAD DE ALTAMIRA, MAYO DE 1999

La visita a estas comunidades no pudo efectuarse durante este tiempo debido a la agitación militar local.

ARGENTINA, CARACAS, ALTAMIRA, SEPTIEMBRE DE 1999

Argentina :

Tan pronto llegué, los niños me rodearon únicamente con el fin de que les diera dulces. En esta ocasión, más que de costumbre, la comida es bienvenida. Sin sorpresas ni gracias. La luz es magnífica : llueve fuertemente pero el sol está brillando. El valle está brillante y a la vez lleno de bruma, cargado de los truenos que se alcanzan a oír. Así se pasó la tarde, en el solar, discutiendo y mirando cómo desaparecía el valle en la noche.

La comunidad creció una tercera parte en los últimos ocho meses. Llegaron nueve familias chamí que vienen huyendo de la violencia de otras regiones. Ya la tierra no es suficiente para el número de familias que viven allí. En relación con el año pasado, la producción agrícola de la comunidad, individual y comunal, no ha aumentado. Los fondos de la comunidad han sido gastados poco a poco en compras diversas, materiales pequeños, reparaciones. Eduardo, el profesor, pudo iniciar de nuevo los cursos del idioma nativo “kativo” para los niños, en la mañana, y para los adolescentes el viernes en la tarde.

Después de ocho meses de ausencia, me he podido dar cuenta que los niños de cinco a diez años se comunican en kativo, tanto entre ellos como con sus padres. Y eso desde hace poco. En efecto, Eduardo recibió 6 meses de salario retrasado y el hecho de iniciar de nuevo los cursos ha motivado a toda la comunidad. Infortunadamente, hace dos meses que no recibe salario, por lo cual se ve obligado a trabajar en otros lugares para poder vivir. Por el momento, ha suspendido los cursos y los retomará posteriormente. Es la región la que paga a los profesores. Este fenómeno es más bien general, inclusive en las escuelas públicas.

Todavía no han llegado los dineros previstos para construir una escuela. La comunidad ya casi no cree en eso. Omar, el gobernador, no pierde las esperanzas ; continua mendigando sus derechos. Como se había previsto, la oficina de Asuntos Indígenas de Marsella se abrió en la Casa de la Cultura. Omar la atiende el sábado y el domingo por la tarde. Se turnan en la oficina el suplente de Sur Atena y él mismo.

Esta oficina permite el censo de las dos comunidades locales, facilita las ventajas sociales para los chamí e informa a la alcaldía sobre los movimientos y los problemas a los que se ven enfrentadas las dos comunidades.

Las familias nuevas que llegaron de Mistrató son mucho más arraigadas a la cultura chamí. Su español es muy rudimentario. Se comunican entre sí únicamente en kativo. Han conservado los trajes y continúan fabricando y vendiendo sus artesanías tradicionales. Probablemente, la llegada de ellos a la zona es lo que ha originado el regreso de la comunidad a su lengua nativa.

Es interesante ver que estas nuevas familias tienen las mismas actitudes y tradiciones arraigadas de las primeras familias que crearon esta comunidad hace treinta años.

En el caso de Argentina, los terrenos fueron asignados a la comunidad hace tres años. Aunque se trate de niños de Caracas, nadie lleva, ni quiere llevar, los vestidos tradicionales. Se percibe una suerte de rechazo de la cultura indígena.

Situación económica de la comunidad :

La comunidad tenía una producción agroalimentaria creciente hasta el año pasado y pensaba en invertir en materiales para aumentar su producción. Pero el invierno fue rudo. Las lluvias intensas y las pendientes agudas de la zona se llevaron la mayoría de las tierras que se podían trabajar.

Este es el mismo problema que tienen los terrenos puestos a disposición de las comunidades minoritarias por el INCORA. En efecto, con frecuencia estos son suelos difíciles de trabajar, mal situados y, por ello, baratos. En el contrato de préstamo de estos terrenos se estipula que las comunidades deben retirar una producción creciente. El primer trabajo de las comunidades es, entonces, el desmonte del terreno aún contra la propia vegetación que contribuye a retener la tierra y a impedir los deslizamientos. Fue en la alimentación de la comunidad en donde se produjo uno de los gastos principales del fondo en este año.

Por otro lado, ya no llegan los fondos que debían ser atribuidos a los indígenas por parte de los diversos organismos nacionales que les brindan asistencia. Inclusive las semillas gratis que les habían sido prometidas no les llegaron por lo cual tuvieron que comprarlas.

Recordemos además que la región sufrió un fuerte terremoto en Enero de 1999 y que una gran parte de los recursos regionales fueron destinados a las víctimas.

La pesca :

En el marco de los trabajos comunitarios, dos adolescentes chamí tienen como labor la pesca en el Río Cauca. Bajamos entonces con José y Soté al río, situado a cuatro horas de camino desde el pueblo.

De un ancho de cuarenta a cincuenta metros, las riberas del río están formadas por enormes rocas redondas. El agua es terrosa y el caudal, violento. Allí vive, solo, Don Octavio, un sexagenario que llegó hace cuarenta y cinco años y se sostiene con el intercambio de la pesca por otros productos que no encuentra en el lugar.

Los dos pescadores adolescentes recorrieron alrededor de novecientos metros y lanzaron sus atarrayas de tres metros de diámetro. Cada uno pescó entre cinco y seis kilos de bocachico y corroncho. Este pescado será distribuido a la comunidad.

Al finalizar la tarde, regresamos a la comunidad. Los pescadores, después de haber arrojado sus atarrayas de dieciséis libras y de haberlas recogido de trescientas a cuatrocientas veces, deben volver a subir al pueblo : cuatrocientos metros de desnivel, es decir, cuatro horas de caminata, con unos veinte kilos a la espalda. Al finalizar, descansarán.

Un día en Caracas :

Vuelvo a visitar a las familias de cada choza para indicarles que esta tarde, durante la reunión, quisiera sacarles algunas fotos. Me gustaría que vinieran en atuendos tradicionales. En dos años es la cuarta vez que visito a estas familias y debo recordarles de dónde vengo y porqué estoy aquí.

En este mismo pueblo existe una cooperativa de caña de azúcar que sirve tanto a los campesinos blancos como a los indígenas. Este taller, muy precario, es financiado por la UMATE, el departamento de Risaralda y la alcaldía de Marsella. 5% del precio de venta de la panela se reinvierten en el mantenimiento del taller.

Según los lugareños, el taller costó oficialmente más de 50 millones de pesos pero aquí llegaron solamente 30. El resto se esfumó. Los campesinos blancos y los indígenas denuncian esto con un discurso fatalista : “Los chamí piensan que los deshonestos se van a encontrar con la pollo malino o con los malos espíritus quienes los vengarán”.

Los blancos siempre hablan de los indígenas con un tono burlón pero se siente mucho respeto. Sobretodo desde que los indígenas le piden al gobierno que le otorgue a los campesinos (familias españolas -sic- aisladas y pobres) las mismas ventajas sociales que a ellos. Los indígenas han comprendido que esto conlleva de una parte una mejor comprensión local y, de otra, disminuiría sobretodo el racismo existente entre ellos y los blancos.

Estoy en la casa principal de la comunidad en Caracas. Me separé de un grupo de mujeres y de niños que espera el regreso de los hombres que están en el campo. Hace una hora que hablan sólo en kativo. Y en español cuando se dirigen a mí.

Retratos :

Mariojunia y Carlos Ramírez.

Una de las hijas de Omar (Mariojunia) se casó hace nueve años con un blanco (matrimonio chamí). Se conocieron en Pereira. La presentación a la comunidad de Altamira se hizo el 24 de Diciembre de 1990. Cuando la nueva pareja llegó, la familia indígena estaba ebria. Se intercambiaron algunos vasos de aguardiente y Carlos, el futuro esposo, aceptó inmediatamente. Dos años después, la vida era difícil en la ciudad. Entonces, se integraron a la comunidad. Hoy, Carlos está completamente vinculado a la comunidad y es uno de los seis policías (alguacil).

Entrevista con Carlos :

Los indígenas son diferentes a nosotros en cuanto a la cultura y a la alimentación. Pero, sobretodo, no pueden pensar, al contrario de los colombianos. La vida con ellos es pacífica. Para mí el problema es que no podré beneficiarme de las ventajas sociales que tienen los indígenas. Excepto para mis hijos. Cuando nos conocimos, todas estas leyes no existían. Ahora estamos obligados a solicitar su modificación porque hay cada vez más parejas mixtas. Aquí, de veintiocho parejas, cuatro son mixtas.

SURATENA, SEPTIEMBRE DE 1999

Parece que en Sur Atena la población cambia de gobernador todos los años. Actualmente, William Niasa, el nuevo gobernador, vive y trabaja en Bogotá. En el lugar, el suplente, Rubén Darío Guasárave, es quien dirige la comunidad.

El anterior gobernador, que había hurtado los fondos de la comunidad, fue liberado después de seis meses de encierro y de haber reembolsado una parte del dinero. Se reintegró a la comunidad y vive como los otros. El suplente vive en Marsella (teléfono 686588). Todavía es el profesor de la escuela de Sur Atena y hace recorrido de ida y vuelta todos los días. Una hora de jeep.

Desde septiembre de 1997, el INCORA atribuyó treinta y seis hectáreas de tierras fértiles que tienen una pendiente de 70%.

Con la crisis económica que vive el país, los hombres de la comunidad, que eran remunerados por horas en las fincas vecinas, ya no tienen trabajo. Ellos se consagran esencialmente a la producción agrícola de la comunidad (café, yuca, fríjoles, maíz y plátano). Infortunadamente, la producción no ha aumentado en la misma proporción del número de familias. El número de estas familias pasó de diecisiete a treinta y seis.

La comunidad está distribuida en tres sitios diferentes : diecisiete familias en Siria, a quince minutos de Sur Atena, nueve familias en Napoli, a una hora de Sur Atena y diez familias en Sur Atena.

El conjunto de la población quisiera obtener más terrenos pero aún no han hecho la solicitud. La comunidad sabe que el INCORA y la región ya no tienen dinero debido al terremoto.

Los hombres, en esta temporada, encuentran trabajo para recoger café en las fincas grandes de los alrededores. Trabajan por días y les pagan $7.000 por día.

La comunidad produce aproximadamente treinta arrobas de café, en bultos de cincuenta kilos, sin secar. Los cultivos de las casas, en terrenos particulares, solamente producen para el consumo de la familia.

Vida cultural :

En opinión del suplente, debo rectificar numerosas informaciones que tomé en el curso de mi primera visita en Septiembre de 1997. En efecto, según las personas que me recibieron en ese entonces, el kativo ya no se practicaba. ¡Falso ! Siempre lo han practicado, al igual que la medicina tradicional. Según Rubin, eso se explica fácilmente : ya están hastiados, cansados de recibir “curiosos” (investigadores de todo país,…) que vienen a verlos vivir. Decidieron, entonces, contar cualquier cosa para engañarlos y así guardar las verdades para ellos.

A este respecto, según la mesa directiva de estas dos reservas, el antropólogo colombiano Víctor Zuluaga habría publicado un libro lleno de informaciones erróneas. La comunidad lo habría hecho retirar desde la aparición de ese libro en el mercado por intermedio del mismo Víctor Zuluaga (información para verificar con el autor en cuestión).

Los adolescentes son muy agresivos tanto en Altamira como aquí y no solamente con la gente que viene de fuera sino con los mismos miembros de la comunidad. Están atraídos por el mundo moderno tal como lo ven en la televisión pero por razones económicas no pueden acceder a ese mundo. Además, siendo indígenas se les dificulta más la libertad de movilización en el país.

El invierno también es un período muy difícil. Las lluvias son permanentes ; los caminos, impasables. Para los que viven fuera, el lugar es frío.

Las casas de ladrillo son mucho más sanas que las de bambú, impidiendo la entrada de la humedad constante y fuerte. Es una lástima que la comunidad no se ocupe en lo absoluto de los caminos. Podrían idearse, teniendo en cuenta las pendientes marcadas de los terrenos, unas escaleras en arcilla y piedra para facilitar así los desplazamientos. La materia prima no solamente se encuentra disponible en el lugar sino que, además, es gratuita. Y si se tiene en cuenta la cantidad de miembros de la comunidad en este momento, sólo se necesitaría muy poco del tiempo de cada uno.

Una vez más, a estas comunidades minoritarias les hace falta sobretodo capacitación profesional y social para mejorar su calidad de vida.

La escuela de Suratena :

Hace dos años, las dos construcciones de la escuela estaban en obra negra. Hoy en día, las aulas están terminadas, pintadas y decoradas y desde hace poco tienen sus baños. El patio está enrejado. Los profesores tienen allí un huerto aparentemente con y por los niños. Las clases tienen lugar cinco días por semana, de 7 de la mañana a 1 de la tarde con un descanso de treinta minutos a mediados de la mañana.

Con frecuencia el período de la escuela es recortado o anulado, porque el profesor, también suplente del gobernador, asiste permanentemente a reuniones en la ciudad. En este caso, por qué las reuniones no se efectúan en la tarde ? Los profesores tienen miedo de los nuevos decretos de la legislación colombiana que, por primera vez, los obliga a presentar un examen para controlar su nivel. Quienes pierdan el examen serán retirados. Teniendo en cuenta su poco domino del español, ellos están seguros que serán retirados.

Por el contrario, como son profesores de kativo de medio tiempo, en ese caso no corren ningún riesgo.

Once niños de Sur Atena, de entre once a quince años, van al colegio de Alta Cauca, a cuarenta minutos de camino desde la reserva. Las clases comienzan a las 8 y 30 de la mañana y terminan a las 4 de la tarde.

Desayunan en el mismo sitio. Desde hace poco, la alcaldía de Marsella envía un carro que garantiza que sean recogidos. Como este jeep sólo llega a la reserva a las 8 y 30 y al colegio sólo a las 9, entonces los niños no lo esperan. El carro, entonces, se desplaza para nada.

Según un profesor del colegio, los ocho chamí son muy ensimismados y tienen mucha dificultad para seguir las clases. Les propuse crear una hora de curso de kativo por semana, para integrarlos mejor y para motivarlos a participar. Cada uno se reconocería así como individuo y ello haría disminuir el racismo latente que persiste entre los dos pueblos. Además, esto motivaría a los indígenas a interesarse en las otras disciplinas.

Mesa redonda organizada en Marsella en febrero de 2000 :

En la fecha, organizaré una mesa redonda sobre esta comunidad chamí con las instituciones nacionales que se ocupan de ella. En el marco del reconocimiento de las lenguas minoritarias, se podría dedicar una hora por semana a la enseñanza del kativo en el colegio local.

En Colombia existen más de cincuenta dialectos indígenas. Cada resguardo tiene su profesor. En el caso contrario, no se considera resguardo. Esos profesores podrían pasar una hora por semana en el colegio local y enseñar el kativo a todos los alumnos a un bajo costo.

ARGENTINA, CARACAS, ALTAMIRA, MARZO DE 2000

Después de haber llegado a Marsella el primero de Marzo, montamos la exposición en la Casa de la Cultura. Enviamos las invitaciones para la inauguración y la conferencia que tendrá lugar con las instituciones implicadas por los resguardos, alguaciles y gobernadores de estos últimos (Altamira y Sur Atena). La misma tarde salí para la comunidad de Alta Mira en Argentina, en casa de Omar. Como de costumbre, los alimentos que traigo son bienvenidos y, aparentemente, yo también. Esta noche, la comunidad se reúne en la antigua escuela. Esta reunión tiene apariencia de extraordinaria dado el número de personas y los invitados de fuera. Omar Cardona, gobernador, invitó a su homólogo del Valle, región de Cali, para ayudar a resolver los problemas internos que la comunidad tiene hoy.

Parece que el alcohol fuerte, tomado sin límite, ha causado estragos en el seno de la comunidad. Tres personas, en estado de embriaguez, habrían abusado sexualmente de una mujer. Los responsables de la comunidad deben sancionarlos. Sin embargo, no saben qué pena aplicar. Varias soluciones han sido propuestas pero ninguna es evidente : o bien separarlos enviándolos a otra comunidad ; o bien deberán trabajar juntos hasta que este conflicto se resuelva ; o bien condenarlos, inclusive, a prisión local. En esta comunidad, las leyes Emberá-chamí jamás han sido aplicadas. Sea lo que sea, la decisión final hará que los farsantes deban pagar o realizar trabajos forzados supervisados por alguaciles locales y policías de la comunidad.

Durante la reunión se planteó el caso de un joven con la pierna gravemente infectada. Lo conocí en Octubre de 1999, cuando ya sufría de su pierna izquierda. En ese entonces, tuvo que ingresar durante un mes al hospital de Marsella y dos meses al de Pereira en donde los cirujanos habían decidido amputársela. La familia se opuso a ello y fue llevado de nuevo al resguardo. Todo el mundo cree que él recibió un maleficio. Entonces, se trata de curarlo con la medicina natural y las intervenciones de los chamanes (fuerte consumo de alcohol, rezos y cantos tradicionales). Es Eduardo, el profesor kativo, chamán también, quien trata de acabarle los maleficios. Durante el día, hay que hacer hervir el aguardiente con hierbas medicinales. En la noche, toman esa preparación y rezan juntos.

En la actualidad, los indígenas en general han perdido la confianza en su chamán (ibaan) y nunca la han tenido en los hospitales. La medicina tradicional, que recurre a las plantas, prácticamente ha desaparecido debido a la modernización de la sociedad indígena. Como dicen los jóvenes : chamán igual a charlatán. En efecto se encuentran muchos casos de chamanes que no han curado a su paciente. Se ven, entonces, apresados, multados e inclusive muertos. Manuel, el gobernador del Valle, uno de los invitados, insistió mucho sobre el regreso de esa confianza. En su opinión, chamanes y hierbas medicinales representan la cultura chamí. La fuerza de una comunidad indígena se preserva gracias a los ancianos y a los chamanes.

-   Pregunta de un joven : “ aquí no tenemos un buen chamán. Por qué uno de los buenos, de los conocidos en el país, no viene a formar a uno de los nuestros y a enseñar los secretos de la vida tradicional ? Cada vez que tenemos un enfermo debemos esperar de quince días a un mes a que venga un chamán”.

-   Respuesta de Manuel : “Los secretos y técnicas de los chamanes son el resultado de una vida y de experiencias personales. Un chamán solamente puede pasar algunos de sus secretos a la vez, si da todo de una vez, se queda sin defensas y muere”.

Bajé a ver al enfermo Avelino Valencia Cardona y a Doris, su esposa. Avelino está en fase terminal. Su pierna es cuatro veces más grande. No se alimenta. Su estómago también está infectado por la gangrena. El chamán acaba de decirle que en tres días estará curado. Murió el lunes siguiente, después de siete meses de calvario.

¿Por qué la familia de Avelino rechazó la amputación ? Después de haber hablado con sus padres y con los vecinos, comprendí que para una persona con un miembro amputado era imposible seguir trabajando y circulando en esta zona montañosa tan accidentada. Se habría convertido en una carga para la comunidad.

Cuando lo retiraron del hospital, sabían que Avelino iba a morir. Sin embargo, el papá me preguntó lo que yo pensaba de su enfermedad y le aconsejé que lo hospitalizaran de urgencia.

El cirujano habría podido toma una decisión si no hubiera sido ya demasiado tarde. El papá me pidió que contactara al cirujano para saber si había alguna posibilidad, pero que en todo caso se esperaran los tres días de plazo dados por el chamán. Murió al segundo día.

MESA REDONDA Y EXPOSICIÓN :

Ninguna de las instituciones se hizo presente y el secretario de la alcaldía vino para informarme que el alcalde no vendría porque está en vacaciones. Esta conferencia fue organizada con él y con la alcaldía de Marsella desde septiembre de 1999. Los temas que yo quería abordar son los siguientes :

-   Mejora del hábitat : Durante el invierno, tiempo de descanso de la agricultura, la comunidad debería plantearse como objetivo el mantenimiento de los caminos, escaleras y casas. En efecto, estos son trabajos pequeños que no exigen inversión de dinero pues la misma zona produce todos los materiales requeridos (madera, bambú y piedra).

-   Capacitación profesional y educativa : Con el fin de hacer frente a la modernidad, la gente necesita saber leer y escribir y tener una asistencia técnica agrícola con el fin de hacer progresar su producción. Los técnicos que intervengan en las comunidades deberán vivir con ellos para que comprendan mejor su cultura y sus necesidades.

-   Altamira necesita con urgencia una escuela : Hay muchos más niños en la zona de Caracas que en la de Argentina. La escuela podría estar en la casa de la Bordaita, antigua finca. El medio más económico y el más interesante para la tradición indígena sería el de construir dos chozas tradicionales en donde vivirían las dos familias que actualmente habitan en esa antigua finca que, una vez restaurada, se convertiría en la escuela.

-   Integración racial

-   Promoción de la artesanía tradicional :

No existe en esta zona. La creación de una casa embera-chamí en Pereira permitiría vender la artesanía local y crear un fondo para la comunidad.

-   Las comunidades embera-chamí se ven cada vez más enfrentadas a nuevas leyes, a nuevos decretos de Estado y a decisiones internas : Por ejemplo, el CRIR (Consejo Regional Indígena de Risaralda) o la CINECHA. Estas organizaciones sindicales indígenas fueron fundadas en estos últimos meses y son dirigidas por indígenas oportunistas que buscan enriquecerse antes que todo e irse a vivir a las ciudades aprovechándose del nombre de la asociación. Actualmente, una de esas asociaciones pide a cada resguardo la suma de un millón de pesos anuales. Como contraprestación, la asociación tratará de buscar ayudas o capacitación para cada uno de los resguardos. Los resguardos que no puedan pagar, no serán ayudados. En el caso de Altamira y de Sur Atena, esta suma es superior a las ganancias anuales de la comunidad. Omar Cardona se siente perdido ante estos hechos, hasta el punto que cuestiona su propia cultura emberá-chamí. ¿En dónde están los compañeros ?

A la cabeza de estas asociaciones se encuentran personas como Rodrigo Morillo, el ex gobernador de Suratena que hace tan solo un año había sido detenido por los miembros de su comunidad por el robo de su dinero. Rubén Darío Guasárave es el nuevo gobernador de Sur Atena y del Cabildo general de Risaralda. Estas personas se han convertido en verdaderos políticos oportunistas.

En Pereira, tuve una reunión con el CRIR, cuyo presidente actual es Misael Negarabe y Rodrigo Morillo el tesorero. Ellos desean reorganizar en Septiembre u Octubre de 2000 la frustrada mesa redonda de Marsella. Una hora de discusión con esta asociación (cuatro personas). No tienen ningún proyecto preciso, aparte de recibir el dinero para poder vivir con sus familias en la ciudad, en mejores condiciones.

En el interior de las comunidades pequeñas, la gente está un poco desconcertada ante estos movimientos políticos recientes. Omar Cardona, gobernador, analfabeta, se da cuenta hoy de la falta de la educación para enfrentar estas nuevas bestias políticas. Busca, a como dé lugar, un secretario.